quinta-feira, 6 de agosto de 2009
Gripe H1N1 - Informações para mulheres grávidas
Qué pasa si contraigo este nuevo virus y estoy embarazada?
No sabemos si este virus puede representar una posibilidad mayor de enfermar a las mujeres embarazadas o de causarles problemas graves. Tampoco sabemos de qué manera afectará este virus al bebé.
Lo que sí sabemos es que las mujeres embarazadas son más propensas a enfermarse que otras personas y a tener problemas más graves a consecuencia de la influenza o gripe estacional. Estos problemas pueden incluir un parto prematuro o neumonía grave. No sabemos si este virus tendrá el mismo efecto, pero debe tomarse muy seriamente.
¿Qué puedo hacer para protegerme, proteger a mi bebé y a mi familia?
Siga cada día estos pasos para ayudar a prevenir la transmisión de gérmenes y proteger su salud:
Cúbrase la nariz y la boca con un pañuelo desechable cuado tosa o estornude, o estornude en su manga. Tire el pañuelo usado a la basura.
Lávese con frecuencia las manos con agua tibia y jabón, en especial después de toser o estornudar. Los geles desinfectantes para manos con alcohol también son eficaces.
Evite tocarse los ojos, la nariz o la boca. Esta es la manera en que se propagan los gérmenes.
Evite el contacto cercano con las personas enfermas. (Si usted está embarazada y vive con una persona que tiene influenza H1N1, o tiene contacto cercano con ella, pregúntele a su médico qué medicamentos puede tomar para prevenir la influenza).
Tome previsiones para cuidar de los miembros enfermos de su familia.
Haga una reserva de productos caseros, médicos y artículos para emergencias como agua, Tylenol y alimentos no perecederos.
Lavarse las manos a menudo le ayudará a protegerse de los gérmenes
Lavado de las manos con agua y jabón
Use agua tibia.
Lávese durante 15 a 20 segundos.
Use geles para manos con alcohol
No les añada agua.
Frótese las manos con el gel hasta que se sequen.
¿Cuáles son los síntomas de la influenza H1N1?
Los síntomas son similares a los de la influenza o gripe estacional y pueden incluir:
Fiebre
Tos
Dolor de garganta
Dolor de cuerpo
Dolor de cabeza
Escalofríos y fatiga
En algunos casos, vómitos y diarrea
¿Qué debo hacer si me enfermo?
Si hay casos de influenza H1N1 en su área, preste mucha atención a su cuerpo y a cómo se siente.
Si se enferma con síntomas similares a los de la influenza, quédese en casa, limite el contacto con otras personas y llame a su médico para que decida si son necesarias las pruebas o un tratamiento. La prueba puede consistir en una muestra nasal y es mejor realizarla dentro de los primeros 4 a 5 días después de enfermarse. Como ocurre con la influenza regular, la influenza H1N1 puede empeorar otros problemas médicos existentes.
Si usted esta sola, pídale a alguien que la pase a visitar a menudo cuando se sienta enferma, esto siempre es una buena idea.
Si tiene contacto cercano con una persona que tiene influenza H1N1 o que está recibiendo tratamiento por haber estado expuesta a esta enfermedad, pregúntele a su médico si usted necesita tratamiento para reducir su probabilidad de contraer la influenza.
¿Cuál es el tratamiento para la influenza H1N1?
Se debe tratar la fiebre de inmediato. El mejor tratamiento para la fiebre durante el embarazo es con Tylenol® (acetaminofeno).
Beba muchos líquidos para reemplazar los que se pierden durante la enfermedad.
Su médico decidirá si usted necesita medicamentos antivirales como Tamiflu® (oseltamivir) o Relenza® (zanamivir). Los antivirales son medicamentos recetados en comprimido, en líquido o en inhalador que combaten la influenza al evitar que los gérmenes de esta enfermedad se reproduzcan en su cuerpo. Estos medicamentos pueden hacer que se sienta mejor más pronto y que los síntomas sean más leves.
Estos medicamentos son más efectivos si comienzan a tomarse tan pronto aparezcan los síntomas (en los primeros dos [2] días), pero también se pueden dar a personas muy enfermas o con riesgo elevado (como las mujeres embarazadas) aún después de 48 horas. El tratamiento antiviral debe tomarse por 5 días.
Tamiflu® y Relenza® también se utilizan para prevenir la influenza H1N1 y se toman durante 10 días.
Se cuenta con poca información sobre los efectos de los medicamentos antivirales en las mujeres embarazadas o sus bebés, pero no se han notificado efectos secundarios graves en las mujeres ni en sus bebés. Si usted cree que ha tenido un efecto secundario por tomar medicamentos antivirales, llame a su médico inmediatamente.
¿Cuándo debo buscar atención médica de emergencia?
Si tiene uno de los signos siguientes, busque de inmediato atención médica de emergencia:
Dificultad para respirar o falta de aliento.
Dolor o presión en el pecho o el abdomen.
Mareo repentino.
Confusión.
Vómitos fuertes o constantes.
Su bebé se mueve menos o no se mueve.
La fiebre elevada no se reduce con Tylenol®
¿Cómo debo alimentar a mi bebé?
La influenza puede ser muy grave para los bebés pequeños. Los bebés que son amamantados no se enferman tanto o se enferman con menor frecuencia de influenza que los bebés que no toman leche materna.
La lactancia materna protege a los bebés, ya que esta leche transmite los anticuerpos de la madre al bebé. Los anticuerpos ayudan a combatir las infecciones.
¿Está bien si amamanto a mi bebé aunque yo esté enferma?
La leche materna está hecha para ayudar a que el bebé se defienda de las enfermedades. Esto es muy importante para los bebés pequeños cuyo sistema inmunitario todavía está en desarrollo.
No deje de amamantar a su bebé si está enferma. Comience a amamantarlo lo más pronto posible y hágalo a menudo. Limite la alimentación con leche en fórmula para bebes tanto como pueda. Esto ayudará a proteger a su bebé contra las infecciones.
Sea especialmente cuidadosa de no estornudar ni toser en la cara de su bebé y lávese las manos a menudo con agua y jabón.
Puede ser que su médico le pida que utilice una mascarilla para evitar pasarle el nuevo virus a su bebé.
Si usted está muy enferma para amamantar a su bebé, extráigase la leche y pídale a alguien que se la dé a su bebé.
¿Está bien si tomo medicamentos para tratar o prevenir la influenza H1N1 si estoy amamantando?
Sí. Las madres que amamantan pueden seguir alimentando a sus bebés mientras reciben tratamiento contra la influenza.
Fonte: www.cdc.gov
quarta-feira, 5 de agosto de 2009
GRIPE ESPANHOLA - Parte 1
Em carta descoberta e publicada no British Medical Journal quase 60 anos depois da pandemia de 1918-1919, um médico norte-americano diz que a doença começa como o tipo comum de gripe, mas os doentes “desenvolvem rapidamente o tipo mais viscoso de pneumonia jamais visto. Duas horas após darem entrada (no hospital), suas maçãs do rosto mostram manchas castanho-avermelhadas, e mais tarde pode-se ver a cianose estendendo-se por toda a face, a partir das orelhas, até que se torna difícil distinguir o homem negro do branco. A morte chega em poucas horas e acontece simplesmente como uma falta de ar, até que morrem sufocados. É horrível. Pode-se ficar olhando um, dois ou vinte homens morrerem, mas ver esses pobres-diabos sendo abatidos como moscas, deixa qualquer um exasperado”.
A gripe espanhola – como ficou conhecida devido ao grande número de mortos na Espanha – apareceu em duas ondas diferentes durante o ano de 1918. Na primeira, em fevereiro, embora bastante contagiosa, era uma doença branda, não causando mais que três dias de febre e mal-estar. Já na segunda, em agosto, tornou-se mortal. Enquanto a primeira onda de gripe atingiu especialmente os Estados Unidos e a Europa, a segunda devastou o mundo inteiro: também caíram doentes as populações da Índia, Sudeste Asiático, Japão, China e Américas Central e do Sul.
No Brasil, a epidemia chegou ao final de setembro de 1918: marinheiros que prestaram serviço militar em Dakar, na costa atlântica da África, desembarcaram doentes no porto de Recife. Em pouco mais de duas semanas, surgiram casos de gripe em outras cidades do Nordeste, em São Paulo e no Rio de Janeiro, que era então a capital do país. As autoridades brasileiras ouviram com descaso as notícias vindas de Portugal sobre os sofrimentos provocados pela pandemia de gripe na Europa. Acreditava-se que o oceano impediria a chegada do mal ao país. Mas, com tropas em trânsito por conta da guerra, essa aposta se revelou rapidamente um engano.
Tinha-se medo de sair à rua. Em São Paulo, especialmente, quem tinha condições deixou a cidade e se refugiou no interior, onde a gripe não tinha aparecido. Diante do desconhecimento de medidas terapêuticas para evitar o contágio ou curar os doentes, as autoridades aconselhavam apenas que se evitasse as aglomerações. Nos jornais multiplicavam-se receitas: cartas enviadas por leitores recomendavam pitadas de tabaco e queima de alfazema ou incenso para evitar o contágio e desinfetar o ar. Com o avanço da pandemia, sal de quinino, remédio usado no tratamento da malária e muito popular na época, passou a ser distribuído à população, mesmo sem qualquer comprovação científica de sua eficiência contra o vírus da gripe.
Imagine a avenida Rio Branco (Rio de Janeiro) ou a avenida Paulista (São Paulo) sem congestionamentos ou pessoas caminhando pelas calçadas. Pense nos jogos de futebol. Mas, ao invés de estádios cheios, imagine os jogadores exibindo suas habilidades em campo para arquibancadas vazias. Pois durante a pandemia de 1918, as cidades ficaram exatamente assim: bancos, repartições públicas, teatros, bares e tantos outros estabelecimentos fecharam as portas ou por falta de funcionários ou por falta de clientes.
Pedro Nava, historiador que presenciou os acontecimentos no Rio de Janeiro em 1918, escreve que “aterrava a velocidade do contágio e o número de pessoas que estavam sendo acometidas. Nenhuma de nossas calamidades chegara aos pés da moléstia reinante: o terrível não era o número de casualidades - mas não haver quem fabricasse caixões, quem os levasse ao cemitério, quem abrisse covas e enterrasse os mortos. O espantoso já não era a quantidade de doentes, mas o fato de estarem quase todos doentes, a impossibilidade de ajudar, tratar, transportar comida, vender gêneros, aviar receitas, exercer, em suma, os misteres indispen-sáveis à vida coletiva”.
Durante a pandemia de 1918, Carlos Chagas assumiu a direção do Instituto Oswaldo Cruz, reestruturando sua organização administrativa e de pesquisa. A convite do então presidente da república, Venceslau Brás, Chagas liderou ainda a campanha para combater a gripe espanhola, implementando cinco hospitais emergenciais e 27 postos de atendimento à população em diferentes pontos do Rio de Janeiro. Estima-se que entre outubro e dezembro de 1918, período oficialmente reconhecido como pandêmico, 65% da população adoeceu. Só no Rio de Janeiro foram registradas 14.348 mortes. Em São Paulo, outras 2.000 pessoas morreram.
Ainda hoje restam dúvidas sobre onde surgiu e o que fez da gripe de 1918 uma doença tão terrível. Estudos realizados entre as décadas de 1970 e 1990 sugerem que uma nova cepa de vírus influenza surgiu em 1916 e que, por meio de mutações graduais e sucessivas, assumiu sua forma mortal em 1918. Essa hipótese é corroborada por outro mistério da ciência: um surto de encefalite letárgica, espécie de doença do sono que foi inicialmente associada á gripe, surgido em 1916. As estimativas do número de mortos em todo o mundo durante a pandemia de gripe em 1918-1919 variam entre 20 e 40 milhões. Para você ter uma idéia, nem os combates da primeira ou da segunda Grande Guerra Mundial mataram tanto. Cerca de 9 milhões e 200 mil pessoas morreram nos campos de batalha da Primeira Grande Guerra (1914-1918). A Segunda Guerra Mundial (1939-1945) responde pela morte de 15 milhões de combatentes.
Fonte: www.museudavida.fiocruz.br
Juliana Rocha
FERNANDO KITZINGER DANNEMANN
Esta obra está licenciada sob uma Licença Creative Commons. Você pode copiar, distribuir, exibir, executar, desde que seja dado crédito ao autor original. Você não pode fazer uso comercial desta obra. Você não pode criar obras derivadas.
GRIPE ESPANHOLA - Parte 2
Em 1997 infectologistas dos Estados Unidos descobriram, finalmente, o vírus responsável pela gripe espanhola, que matou 21 milhões de pessoas. Na época, a epidemia foi chamada de influenza (hoje em dia nome dado a uma simples gripe). Mesmo os mais idosos só sabem do fato de ouvir dizer. Seus avós contavam que se trancavam em casa, temerosos de pegar a mortal moléstia. E através do vidro das janelas viam passar filas de caminhões cheios de cadáveres amontoados em direção aos cemitérios. Não havia tempo para chorar seus mortos. Eles eram reunidos e jogados em vala comum. Alguns coveiros chegavam a abandonar o trabalho, temerosos do contágio. Os médicos negavam-se a ir à casa dos clientes que haviam sido contaminados pela terrível moléstia. O pavor era geral!
Em 1918, quando a Europa ainda chorava os seus milhões de mortos vítimas da Primeira Guerra Mundial, os primeiros casos da desconhecida enfermidade surgiam na Espanha. Em números gerais, o conflito que durou seis anos matou 50 milhões de pessoas, entre militares e civis. Os sintomas da misteriosa gripe eram idênticos a uma pneumonia muito contagiosa, e o vírus se propagava pelo ar. Não existiam os antibióticos, e quem pegava a doença dificilmente conseguia sobreviver. Segundo se soube, o vírus espalhou-se pelo mundo através dos navios de cargas e de passageiros espanhóis. Daí o nome da gripe.
Em 1920, tal como surgiu, a gripe espanhola desapareceu. A partir daí os mais competentes virologistas passaram a trabalhar intensamente em seus laboratórios na tentativa de descobrir o que causara a pandemia. Os recursos, porém, eram escassos. Não existiam os microscópios, capazes de localizar o vírus - até então os menores seres da biologia terrestre -, nem enfermos que pudessem fornecer os germes causadores da enfermidade.
Somente em 1997 a causa da gripe foi descoberta e anunciada pelos médicos do Instituto de Patologia das Forças Armadas americanas. Especialistas, então com maiores recursos, liderados pelo dr. Jeffery Taubenberger, estudaram as vísceras preservadas em formol de 43 mil soldados mortos pela gripe espanhola e autopsiados em 1918. Nos pulmões de um deles os virologistas encontraram 30 espécimes do mortal vírus. Ele foi isolado e estudado seu material genético. E descobriram, assombrados, que ele era bem semelhante ao vírus da gripe suína, que não ataca os humanos. Apesar disso os pesquisadores concluíram que, de todas as gripes, as suínas são as mais contagiosas. O que ficou comprovado com as epidemias na Ásia, em 1957, e em Hong Kong, em 1968, transmitidas por porcos.
Os Estados Unidos foram invadidos pelo vírus da gripe espanhola em 1918, trazido por soldados que regressavam da Primeira Guerra Mundial. Um em cada quatro americanos adoeceu, causando a morte de 675 mil deles. Os que se salvaram, criaram anticorpos e ficaram imunes à moléstia.
Em nosso país, só no Rio de Janeiro e São Paulo morreram 20 mil enfermos em apenas dois meses. Entre eles, o presidente Rodrigues Alves (1832-1919). Em 1918 ele fora eleito para um segundo mandato, mas não chegou a tomar posse. O primeiro mandato fora de 1902 a 1906. E a vida, mais uma vez, mostrou-se irônica, já que Rodrigues Alves instituíra a vacina obrigatória contra a varíola, numa polêmica campanha comandada por Osvaldo Cruz, que enfrentou a Revolta da Vacina em 1906.
Na verdade, nunca se soube ao certo quantos brasileiros foram vitimados pela gripe espanhola, mas quando ela sumiu misteriosamente, os mais conceituados virologistas vaticinaram que mais cedo ou mais tarde uma pandemia semelhante atacaria o nosso planeta. "Só não sabemos quando. Se daqui a um ano, ou a um século..."
Queira Deus que eles tenham errado.
Fonte: http://www.fernandodannemann.recantodasletras.com.br/
FERNANDO KITZINGER DANNEMANN
Esta obra está licenciada sob uma Licença Creative Commons. Você pode copiar, distribuir, exibir, executar, desde que seja dado crédito ao autor original. Você não pode fazer uso comercial desta obra. Você não pode criar obras derivadas.
segunda-feira, 3 de agosto de 2009
Recomendações para manter-se saudável
Qué hacer para mantenerse saludable
- Manténgase informado. Este sitio web se actualizará tan pronto se disponga de nueva información.
- Se cree que la influenza se propaga principalmente de persona a persona cuando las personas infectadas tosen o estornudan.
- Tome medidas diarias para mantenerse saludable.
- Cúbrase la boca y la nariz con un pañuelo desechable al toser o estornudar. Bote el pañuelo a la basura después de usarlo.
- Lávese las manos a menudo con agua y jabón, especialmente después de toser o estornudar. Los desinfectantes para manos a base de alcohol también son eficaces.
- Trate de no tocarse los ojos, la nariz ni la boca. Esta es la manera como se propagan los gérmenes.
- Quédese en casa si se siente enfermo. Los CDC recomiendan que se quede en casa, que no vaya al trabajo o a la escuela y que limite el contacto con otras personas para evitar infectarlas.
- Siga las recomendaciones de salud pública sobre los cierres de escuelas, evitar multitudes y adoptar otras medidas de distanciamiento social.
- Como medida de precaución elabore un plan emergencia para su familia. Este plan debe incluir almacenamiento de provisiones de alimentos, medicinas, mascarillas, desinfectantes a base de alcohol y otros artículos esenciales.
- Para enfrentar el estrés y la ansiedad, manténgase en contacto con su familia y amigos, sea optimista y busque consuelo en sus creencias personales y espirituales.
Medicamentos antivirais contra a Gripe - Fonte: www.cdc.gov/spanish
Los medicamentos antivirales y la influenza H1N1 (gripe porcina)
Medicamentos antivirales
Los medicamentos antivirales son medicamentos recetados (comprimidos, en forma líquida o en inhalador) que combaten los virus de la influenza, incluidos los de la influenza porcina. Estos medicamentos antivirales pueden usarse para tratar la influenza porcina o para prevenir la infección por los virus de esta enfermedad y deben ser recetados por un profesional médico. Los medicamentos antivirales contra la influenza solamente combaten los virus de la influenza; no servirán para tratar ni prevenir síntomas de ninguna otra infección causada por otros virus que causan síntomas similares a los de la influenza.
Hay cuatro medicamentos antivirales contra la influenza aprobados para el uso en los Estados Unidos (oseltamivir, zanamivir, amantadina y rimantadina). Los virus de la influenza porcina tipo A (H1N1) que se han detectado en seres humanos en los Estados Unidos y en México son resistentes a la amantadina y a la rimantadina por lo que estos medicamentos no serán eficaces contra estos virus de la gripe porcina. Las pruebas de laboratorio de estos virus de la influenza porcina tipo A (H1N1) indican hasta ahora que son susceptibles (sensibles) al oseltamivir y zanamivir.
Beneficios de los medicamentos antivirales
Tratamiento: Si usted se enferma, los medicamentos antivirales pueden hacer que su enfermedad sea más leve y que usted se sienta mejor en forma más rápida. También pueden prevenir las complicaciones graves de la influenza. Los medicamentos antivirales contra la influenza tienen un mejor efecto cuando se comienzan al poco tiempo de la aparición de la enfermedad (dentro de los 2 días), pero también se debe considerar su administración después de las 48 horas de la aparición de los síntomas, en particular para los pacientes hospitalizados o personas con alto riesgo de sufrir complicaciones asociadas a esta enfermedad.
Prevención: Los medicamentos antivirales contra la influenza también se pueden usar para prevenir la influenza en las personas que no están enfermas pero que han estado expuestas o podrían estar cerca de una persona con influenza porcina. Cuando se usan para prevenir la influenza, los medicamentos antivirales tienen una eficacia del 70 al 90%. Cuando se usan para la prevención, la cantidad de días que se deberán tomar dependerá de la situación particular de cada persona.
Recomendaciones de los CDC
Los CDC recomiendan el uso de oseltamivir o zanamivir para la prevención o el tratamiento de la infección por el virus de la influenza porcina.
- Oseltamivir (nombre comercial Tamiflu ®) está aprobado tanto para la prevención como para el tratamiento de la infección por los virus de la influenza tipo A y B en personas de un año de edad o más.
- Zanamivir (nombre comercial Relenza ®) está aprobado para tratar la infección por los virus de la influenza tipo A y B en personas de siete años de edad o más y para prevenir la infección por estos virus en personas de 5 años de edad o más.
Las recomendaciones para el uso de medicamentos antivirales para el tratamiento o la prevención de la influenza porcina se actualizarán a medida que vayamos contando con más información sobre este nuevo virus.
Los médicos deben considerar la administración de medicamentos antivirales para el tratamiento de cualquier persona con influenza porcina presunta o confirmada. Para obtener recomendaciones específicas, visite la página de directrices provisionales para el control de infecciones y recomendaciones para el uso de medicamentos antivirales
Fonte: www.cdc.gov/spanishInfluenza H1N1. Atualização internacional pelo CDC de Atlanta
sexta-feira, 31 de julho de 2009
Imagem do virus H1N1
Virus H1N1 relacionado a complicações neurológicas em crianças
Fonte: http://www.medscape.com/
July 24, 2009 — Children with flulike symptoms and unexplained seizures or mental changes should be tested for H1N1 influenza, says a Centers for Disease Control and Prevention (CDC) report, published in the July 24 issue of the Morbidity and Mortality Weekly Report . It suggests that patients may benefit from prompt treatment with antivirals.
Concern was first sparked in May, when the Dallas County Department of Health and Human Services reported 4 children with neurologic complications associated with H1N1 flu.
Patients were aged 7 to 17 years and were admitted with flulike symptoms and seizures or altered mental status. In all 4 patients, clinicians detected H1N1 viral RNA in nasopharyngeal specimens, but not in cerebrospinal fluid. Three patients had abnormal electroencephalograms.
All patients received the antiviral oseltamivir and 3 received rimantadine. The patients fully recovered and had no neurologic sequelae at discharge.
Patients Fully Recovered
According to the CDC, just like with the seasonal flu, neurologic complications can occur after respiratory-tract infection with H1N1. Considering that clusters of influenza-associated encephalopathy in children have been reported during previous community outbreaks of seasonal flu and that children appear to be infected with H1N1 more frequently than adults, officials anticipate that additional neurologic complications are likely to be reported as the pandemic continues.
The CDC recommends that healthcare providers also consider a diagnosis of Reye's syndrome in patients with viral illness and altered mental status. Clinicians should not administer salicylates or salicylate-containing products to children with influenza or other viral infections because this may also increase the risk for Reye's syndrome.
The CDC recommends that all children at least 6 months of age receive annual seasonal influenza vaccinations to prevent illness and complications from infection. No vaccination against H1N1 influenza is currently available.
MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 2009;58;773-778.
Authors and Disclosures
Journalist
Allison Gandey
Allison Gandey is a journalist for Medscape. She is the former science affairs analyst for the Canadian Medical Association Journal. Allison, who has a master of journalism specializing in science from Carleton University, has edited a variety of medical association publications and has worked in radio and television. She can be contacted at agandey@webmd.net.